Estaba en el tranvía junto con mi novio cuando de repente
noté una mano sobre mi trasero. Pensé que era un accidente, ya que había mucho
público en el tranvía, así que me moví un poco, pero la mano seguía ahí. Me
paralicé, como muchas mujeres cuando son agredidas no supe que hacer",
explica Kocher en un post de internet. Enseguida cambió el puesto con su novio
y la mano y su propietario desaparecieron entre la gente. La historia de
Kocher, con la que lamentablemente están familiarizadas las mujeres de casi
todo el mundo, comienza a ser increíblemente común en ciertas zonas de
Estambul, especialmente donde abundan los turistas o las jóvenes vestidas más
a la occidental.
El toqueteo es muy fácil en una ciudad con 15 millones de
habitantes, transportes públicos saturados en las horas puntas y una cultura
machista que hace que muchos hombres hagan la vista gorda cuando presencian
estas escenas, y donde incluso la policía alecciona a las mujeres agredidas
sobre su forma de vestir. Hasta hace poco, la única arma de protección de
muchas mujeres turcas eran los alfileres, que muchas llevan a mano y utilizan
cuando un desconocido intenta sobrepasarse.
Según el diario Bianet, durante los primeros seis meses de
2011 se denunciaron 26.000 casos de acoso en toda Turquía por parte de mujeres.
Un número muy por debajo de la realidad si se tiene en cuenta que, como afirman
las asociaciones de mujeres turcas, el 95% de estos casos no se denuncian.
¿Entonces, por qué las turcas no recurren a la justicia? En primer lugar, como
explicó la creadora de Holloback al diario turco Todayszaman, "a las
mujeres nos enseñan a permanecer calladas". "El acoso es visto como
un problema de la víctima que iba enseñando el cabello, subida en un bus por la
noche, vistiendo una falda demasiado corta. Son todas excusas que hacen que las
víctimas aprendan a interiorizar el problema". Pero parece que este
pensamiento no es exclusivo de las víctimas. Como denuncia T.V en otro post de
la página web, la policía en muchos casos se limita a aleccionar a la víctima
sobre cómo vestir, o si pillan al asaltante en pleno acto, le obligan a pedir
perdón y se aseguran de que no siga a la chica.
La actitud del gobierno tampoco ayuda a sensibilizar a la
sociedad sobre el respeto hacia la mujer. El primer ministro turco, Recep
Tayyip Erdogan, ha afirmado en numerosas ocasiones que no cree en la igualdad
entre sexos y que las mujeres las mujeres deberían tener por lo menos tres
hijos. Pero hay más, según explica Gülseren Onanc, presidenta de la Asociación
de Empresarias de Turquía. "El Gobierno ha cambiado el nombre de
Ministerio de Mujer por el de Ministerio de Familia. Esto hace que legalmente
la sociedad reconozca a la mujer como pieza de una familia, no como individuo
autónomo".
Zeyneb Gültekin, una joven activista pro derechos humanos,
explica el significado que para ella tiene este cambio. "La mujer tiene
derechos, más derechos que antes si cabe, porque ahora el AKP la considera
miembro esencial de una comunidad, de la familia. Pero si rompes los códigos de
ese grupo puedes perder esos derechos, la gente puede castigarte porque es tu
culpa. Es lo que muchos hombres piensan cuando ven a una joven andando con
minifalda por la calle por ejemplo", asegura.
(Tomado de Intimidades, La Razón.23/4/2012)
Las manoseaba | Diario OJO
ResponderEliminarojo.pe/breves/las-manoseaba-95773/
8 de oct. de 2011 - La policía de la comisaría de El Agustino intervino al residente de Medicina, Angel Emanuelle Velarde Muñoz (25), acusado de realizar ...
MIÉRCOLES 21 DE ENERO DE 2015
ResponderEliminarDOCTOR NO ASIGNADO SE APROVECHÓ DE CONDICIÓN DE PACIENTE
UNIVERSITARIA DENUNCIA ABUSO SEXUAL EN CLÍNICA DE SAN MIGUEL
Atenderse por una fastidiosa migraña terminaría marcando su dignidad de por vida. La joven estudiante de administración, Veralucía Rojas Veramatus (20), denunció haber sido víctima de un abuso sexual. Hecho cometido por Poul Rogger Portilla Condezo (26), presunto doctor d ela clínica “La Providencia”, en San Miguel.
Abuso de su condición
Refiere Rojas Veramatus, en denuncia registrada en la comisaría de Maranga, que la tarde del 16 de diciembre acudió a la referida clínica para atenderse de una migraña. “Me llevó al piso 9 argumentando que no contaba con guantes quirúrgicos para revisarme. A solas me subió la bata e introdujo sus dedos en mis partes íntimas por más de cinco minutos. También me sobo los senos. Dijo que mi migraña podría ser causada por un cuadro de infección por transmisión sexual”, refiere la joven.
No era procedimiento profesional
Fue cuando llegó el médico Oscar Alberto Lazarte Rodríguez que Rojas confirmó el abuso. “Le conté la manera en la que fui atendida y condenó el acto. No tenía que ver con un procedimiento ético. Aparte él no era encargado de dicho piso. Abusó de mí”, comentó indignada.
La defensa legal de Rojas señaló de Portilla se encontraba citado para ayer martes a la Divincri de San Miguel. “No se acercó. Sabe que será denunciado por el delito de actos contra el pudor y tocamientos indebidos”, refirió el doctor Alberto Villanueva Osorio, abogado de la joven.
No videos, no historia clínica
La clínica habría negado la existencia de videos de seguridad dentro de sus instalaciones, asimismo recalcado no tener una historia clínica de Rojas Veramatus. No pudiéndose comprobar la existencia de la agresión sexual. Esta es una versión dada por familiares de la agraviada.