miércoles, 9 de mayo de 2012

10 de mayo, Día del periodista boliviano

Anécdotas en la labor PERIODÍSTICA
Revista 7 Días
“No hay mejor oficio que el periodismo”, indica Gabriel García Márquez, Nobel de Literatura. Es que detrás de las noticias existe un sinfín de historias que viven los periodistas en el afán de conseguir la información para la sociedad. Dos reporteros recuerdan algunas anécdotas.

Redacción Cambio
“Como periodista, uno sufre o disfruta por los encabezados y el manejo que hace de las noticias; gozamos cuando hallamos una joya, pero sufrimos como perros cuando vemos la forma en que se maltrata el idioma”, señalaba Márquez, cuando cumplía sus 81 años en septiembre de 2008.
Es en el ejercicio de la profesión que los periodistas recuerdan algunos de sus sufrimientos y anécdotas, antes con el cuaderno y la máquina de escribir, ahora con las computadoras y las grabadoras digitales en la prensa escrita.

Recopilación de Roberto Cuevas R.
La redacción de un periódico o la sala de prensa de una radio han sido siempre escenarios de las más sabrosas anécdotas de quienes escogieron como profesión el trabajo periodístico.

En periódico suman cientos que, lamentablemente, no han sido testimoniadas en documento escrito, salvo algunas recogidas por Gonzalo Viscarra Pando en su libro “Los colgandijos”.

Colgandijo fue el apelativo que el político beniano Rubén Julio les dio a los reporteros de los años sesenta por el manejo de los micrófonos y de sus grabadoras portátiles, que eran técnicamente ‘colgados’ frente al protagonista de la noticia. Hoy los ‘colgandijos’ son ‘señores periodistas’.

Los titulares de los periódicos, antes y hoy, son siempre vulnerables a errores de lenguaje, como el redactado por el fallecido Pepe Vidaurre, quien publicó a ocho columnas en el matutino católico Presencia: “La solución a la mediterraneidad de Bolivia es una salida al mar”, o los suplementos de crónica roja en los que se subtitula una noticia con la frase “El cadáver responde al nombre de Juan Pérez”.

Pero también están los famosos titulares de Coco como: “Cholita perdió virginidad por agacharse a recoger sombrero”, o “Y le dijo a su mujer, manzana, manzana…”, “Cinta negra derribado de una huarak’aso por joven mastuco”.

En radio, dos personajes adquirieron notoriedad por sus anécdotas: Jorge ‘Gordo’ Mendoza y Sergio ‘Chipiro’ Morón, el primero en Altiplano y el segundo en Méndez. Algunas endosadas.

Del ‘Gordo’ Mendoza

—Coco, Coco, tengo un reportaje a un niño procaz en el subterfugio.
—Niño precoz en el subterráneo, gordo.

—Eso, eso, eso.
—Coco, Coco, creo que al presidente Torres lo van a desenfrenar.

—Defenestrar, gordo…
—Eso, eso, eso.

—Coco, Coco, la Reina de España había sido toda una legumbre.
—Lumbrera, gordo.

—Eso, eso, eso.
—Coco, Coco, me han ofrecido trabajo en el Servicio de Caminos. Tienes que ayudarme a escribir mi Vía Crucis.

—Currículum Vitae, gordo.
—Eso, eso, eso.

—Coco, Coco, hoy no voy a ir a trabajar.
—¿Por qué?

—Porque se me ha roto un diente y me han puesto una próstata
—Prótesis, gordo.

—Eso, eso, eso.

Del ‘Chipiro’ Morón

Durante el gobierno del general Barrientos, el magnate norteamericano Rockefeller llega al Aeropuerto de El Alto como Embajador de Buena Voluntad de los Estados Unidos. Los estudiantes y sectores de izquierda arman tal alboroto que el avión permanece allí y Rockefeller en el Salón VIP. Al cabo de dos o tres horas, decide no bajar a la ciudad y en ese momento ‘Chipiro’ Morón sostiene con el redactor de radio Méndez el siguiente diálogo:

—Oí, te cuento que Rockefeller no baja a La Paz, se va al Beni.
—¿Al Beni?, ¿pero allá no hay pista para el tipo de su avión…?

—Puej, yo escuché bien claro cuando los pilotos dijeron “Noj vamo a Trinidad y Tobago”.

—Oí, te via dar noticias de última hora.
—Dale.

—(Comienza a dar información y su jefe pide inmediatamente el periódico Última Hora).

—Oye desgra, me estás dando noticias de Última Hora.
—Puej, te lo dije, son de Última Hora.

Otra de periódico

Guido Franco, periodista de los tiempos en que había que andar “con el testamento bajo el brazo”, redactaba material junto a sus colegas en la redacción del entonces periódico Hoy, de Carlos Serrate Reich, en el edificio de la avenida 6 de Agosto, que hoy es ocupado por la Universidad.

Al promediar las diez de la noche, en uno de los pisos superiores del edificio explota una garrafa de gas licuado sin mayores consecuencias, por la cantidad de gas que le quedaba, pero produjo un ruido infernal.

Lo primero que hacen los periodistas es tirarse al suelo pensando que se trataba de un atentado y, en medio del pánico colectivo, Guido consigue llegar a un teléfono y grita: ¡¡¡ Qué número es el 110, qué número es el 110!!!

Nicolás Fernández Motiño
Recuerda:
Un anónimo distribuyó panfletos con el caso de tráfico de armas, en 1991 o 1992. Nadie le dio importancia, incursioné en la investigación y resulta que el anónimo era verdad. El documento comprometía a la Cancillería, Ministerio de Defensa, FFAA, Policía, Migración y otros. Tenía papeles membretados de estas instituciones que compraron armas grandes y ligeras, como cañones, misiles, ametralladoras, que nunca llegaron a Bolivia, que fueron desviados a países en conflicto bélico internacional (…). “Me dieron un premio en la Asociación de Periodistas por este trabajo”, relató el periodista.

“En otra oportunidad, un general de las FFAA me hizo entrega de documentación sobre los misiles chinos. Confirmé el dato con la Embajada de EEUU, el Ejército y otras fuentes. Estaba listo para publicar y mi director se opuso tenazmente. Me exigía pruebas fotográficas de cómo estaban sacando los misiles de manera clandestina. No supo hacer la diferencia entre la prueba periodística, o la información periodística, con las pruebas de un caso penal o policial. Supe después que este director era asesor del ex presidente Rodríguez Veltzé y por ello se oponía a la publicación. Evo (presidente actual de Bolivia) se animó a publicar los documentos y el caso de los misiles estalló con las consecuencias conocidas”, recordó Fernández.

En Bolivia, el Día del Periodista se celebra cada 10 de mayo, fue instituido en la presidencia de Germán Busch mediante decreto supremo de 1938, el que considera a los periodistas como impulsores de la cultura, del progreso colectivo y por su servicio a la sociedad.

La norma también reivindicó los derechos de los trabajadores de la prensa, relacionados al seguro de salud y otros beneficios sociales.

(Revista 7 Días, Cambio /6/5/12)

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